viernes, 28 de agosto de 2009

La creencia sola es inadecuada. También debemos anticipar. Nuestros sabios nos dicen que la corte celestial le pregunta a cada persona: "¿Esperaste la salvación ansiosamente?". Para el creyente en la redención, junto con todo el bien que manifiesta, es natural que ansie impacientemente el arribo de esta revelación. Esto es lo que el Profeta dice al respecto:
"Felices son todos los que lo esperan".

La Expectativa Acelera
Su Llegada

Además de constituir un valioso testimonio de una firme convicción, la anticipación apresura la redención. Di-s desea la llegada de la redención tanto como desea que la lluvia llegue a la tierra reseca siendo bienvenida; y no que descienda sobre un mundo indiferente. La espera en forma activa y el clamar por el Mashíaj aceleran su llegada. Esto se hace evidente en el Midrash: "Cuando haya una generación que espera con ansia Mi Reino, será redimida inmediatamente". (Yalkut Shimoni, Lamentaciones, 997)
El gran sabio Jidá explica que esta anticipaciónbeneficiasignif ¡cativamente al pueblo judío. Al solicitar solamente la salvación, nuestra petición puede ser rechazada debido a nuestros insuficientes méritos, pero cuando esperamos ansiosamente la llegada del Mashíaj seremos recompensados en mérito a nuestra anticipación.
Prueba de esto puede ser encontrada en el Midrash: "Aún cuando lo único que posean fuera su ansiada espera, serán merecedores de ser redimidos". (Yalkut Shimoni, Tehilim, 736)

Despertar, Suplicar
Nuestros sabios han hecho alusión a que hacia el final de los días Di-s esperará nuestro unísono llanto para traer al Mashíaj. Aparentemente esta constituye la única solución a nuestra difícil situación actual. Debemos unirnos, suplicar y esperar la redención y Di-s apresurará su llegada

Anticipemos Verdaderamente

Rabi Yisroel Meir de Radin, conocido por el título de su famosa obra, el "Jófetz Jáim", fue una destacada autoridad Halájica a principios del siglo pasado. Constantemente urgía a todos y cada uno para que rezaran por la redención y enfatizaba la necesidad de esperla con ansias.
Una vez relató una historia del famoso erudito, Rabi Yosef Soloveitchik. Cuando una delegación de dignatarios de Brisk lo invitaron a que asuma el cargo de Rabino de la comunidad en su ciudad, él ignoró sus súplicas prefiriendo permanecer en su actual puesto. "¡Pero Rabi!", alguien protestó, "Veinticinco mil Judíos están esperando ansiosamente su llegada. ¿Cómo puede negarse?". El Rabi pidió inmediatamente su abrigo y su sombrero. "¡Veinticinco mil Judíos!", exclamó. "¡No me atrevo a demorarme!".
"El Rabino de Brisk se apresuró por veinticinco mil Judíos", concluyó el Jófetz Jáim, "Ahora imagínense, si el Mashíaj supiera que toda la nación Judía espera ansiosamente su llegada, ¿acaso no se pondría su capa y se apuraría en venir?. Debemos concluir que, desafortunadamente, no esperamos su llegada con las suficientes ansias...".



El Retorno de los Exiliados


La última etapa del proceso de redención es el retorno de todos los exiliados. Este será uno de los principales logros del Mashíaj y, de acuerdo a Maimónides, ocurrirá después de reconstruir el Tercer Templo. El reunirá a los judíos de todos los rincones del mundo y redimirá asimismo a las diez tribus perdidas.
Este retorno marca el último período del exilio, cuando todos los judíos retornen a vivir en su hogar nacional. ¿Dónde vivirán? ¿Habrá espacio como para acomodar a toda la nación?. Hay muy pocos motivos para preocuparse: nuestros sabios nos enseñan que la tierra misma crecerá y se extenderá, tornándose inclusive mas grande que en el reinado del rey Salomón.